Un viaje a través del tiempo

Para comprender el origen de las obleas, debemos viajar quinientos años en el pasado, concretamente a una Europa que se disponía a conquistar el Nuevo Mundo. En la mayoría de los países europeos, los sacerdotes orquestaban sus misas sirviendo una singular galleta (conocida en el argot popular como “hostia”), que se había convertido en el bocado divino de la Eucaristía.

Tras la llegada de los españoles a América, esta “hostia” se convertiría en un elemento recurrente en las ceremonias de conversión organizadas para atraer a los nativos a la religión cristiana. La piñata, por ejemplo, en forma de estrella de siete puntas, fue otro motivo recurrente de “atracción” en medio de las exuberantes selvas de Latinoamérica.

Origen de la palabra oblea

Deriva de las palabras del francés antiguo oblaye, obleie, oblea (siglo XII), que provienen del bajo latín eclesiástico oblata (hostia): “ofrenda, pan ofrecido a la Eucaristía“, nombre femenino sustantivado de oblatus (ofrecido): especialmente “ofrecido a Dios, sacrificado”, utilizado como un participio pasado de offe de ob ferre (llevarante).

De acuerdo con otros lexicógrafos más antiguos, el término oblea podría tener su origen en la palabra griega obélias (de donde proviene el término utilizado por Rabelais), que se refería a un pan alargado y estrecho, cocinado a la parrilla o entre dos planchas y que se vendía como un grano de arena para servirse al final de la comida y mojado en vino.

El significado primitivo de la palabra fue el de pan sin levadura empleado en la consagración de la misa; el segundo significado, la galleta, se preparaba originalmente como una hostia.

Descubre su magia y tradición

La oblea es un alimento muy tradicional. Es una lámina delgada, crujiente y redonda, que puede ser elaborada de manera artesanal o industrializada, usando dos planchas calientes (generalmente metálicas), entre las cuales se vierte una mezcla líquida hecha de harina y agua, que puede ir acompañada de huevo, azúcar o miel, dependiendo de la zona geográfica en donde se elabore.

Las obleas pueden ser blancas o de colores y también pueden tener sabores distintos, dependiendo de los ingredientes utilizados en su elaboración.

Conocida en todo el país, la oblea es un postre para niños y adultos, que se prepara con dos galletas que encierran principalmente arequipe, aunque, dependiendo de la región, puede venir acompañada de queso rallado, mermelada, crema de leche o leche condensada.

El dulce típico que enamora a todos

Con el paso del tiempo, la oblea trascendió más allá de los círculos religiosos. Alguien decidió añadirle colorante y experimentar con otros ingredientes hasta que la oblea se convirtió en la estrella de las plazas de los pueblos latinoamericanos. Además de encontrarse en mercados y puestos de venta ambulante en países como México, Venezuela, Colombia o Argentina.

Este es un postre muy típico, ya que se encuentra en el paseo por la plaza principal, el parque o las afueras de cualquier ciudad, pueblo o municipio del país. Entre los planes para el fin de semana o después del almuerzo, sea con la familia, los amigos o en pareja, está el disfrutar de este postre que, según el gusto de cada persona, podrá elegir entre mermeladas de sus frutas favoritas, arequipe, queso rallado, crema de leche, leche condensada y un sinnúmero de adiciones con las que se puede acompañar y disfrutar.

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